Como cada año los Reyes Magos hacen un hueco en su apretada agenda para hacernos una visita, aunque como cada vez son más los coles a los que tienen que ir, en esta ocasión tuvieron que dividirse y no pudimos disfrutar de la compañía de Baltasar.
Madre mía, ¡qué nervios!
¡Que caritas! Reflejan tanta ilusión...
Ha debido de ser un momento mágico, qué pena del pobre Baltasar que se lo ha perdido... ;-)
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